Los flancos de la ministra de Justicia que develó la derrota en el Senado

Aunque el Presidente Boric ayer la defendió, la caída de José Morales evidenció la poca muñeca política de Marcela Ríos, quien no supo lidiar con un Congreso cada vez más díscolo.

Ayer el Presidente Gabriel Boric aprovechó el triunfo de Chile en La Haya por el Silala para quitarle dramatismo a una derrota interna: el rechazo del Senado a la propuesta de José Morales como nuevo Fiscal Nacional. Pero aunque el Mandatario no lo admita, la fallida elección dejó molestias y divisiones: parlamentarios del Frente Regionalista Verde Social votaron en contra y hubo dos abstenciones del PS (Fidel Espinoza y Gastón Saavedra), además de la ausencia de Alfonso De Urresti.

Pero no sólo fue la indisciplina parlamentaria del oficialismo la que salió a flote. También, la manera en que la Ministra de Justicia Marcela Ríos ha ejercido su rol en las negociaciones en el Parlamento. Y es que sus principales problemas han sido justamente en el Senado: le achacan desconocimiento del área e incluso que le juega en contra no ser abogada.

Campo minado: La Cámara Alta

A poco de iniciado el Gobierno, senadores de la comisión de Constitución ya habían alertado a Ríos de que en el segundo semestre vendría la sucesión de Jorge Abbott en la Fiscalía Nacional, y que era necesario ocuparse del asunto pues se requería un ‘cambio de timón’ para subsanar problemas en la persecución del delito y el clima laboral. La respuesta de la secretaria de Estado habría sido —afirman senadores oficialistas— que ‘quedaba tiempo’, lo que acrecentó la inquietud.

Luego, iniciados los sondeos en el Senado (previos a que Boric eligiera su carta), el diagnóstico de varios parlamentarios es similar: que al no provenir del mundo político (varios la conocían previamente como experta del PNUD), la ministra no logró comprender completamente los códigos para negociar en la Cámara Alta, o para trabar relaciones con parlamentarios. ‘No entendió que no es llegar y pasar por el Senado, sino que se requiere conversar, ver qué quiere cada quién, y entender con quiénes necesitaba hablar para sacar al fiscal, con quiénes podía mover votos y a quiénes podía convencer’, explica un senador PS.

Por ejemplo, desde el inicio en el PS apuntaban a Gastón Saavedra como uno de los dudosos con Morales. Con él conversó solo una vez que Boric ya había nominado a Morales. ‘Tuve conversaciones con ella, pero después de que el Presidente presentó el candidato. Manifesté mi parecer, que teníamos que tener más temperatura del ambiente: si no, al día siguiente los titulares iban a decir ‘eligieron a alguien que les va a tapar todo», explica Saavedra, apuntando al rol de Morales en los casos Cascadas y Látame, y a las versiones de que acomodaba a la derecha.

Para entender esas diferencias, no obstante, es necesario remontarse a un punto de quiebre en la relación de Ríos con algunos senadores: cuando en julio señaló en La Segunda que en el Senado había recibido un trato ‘extremadamente descortés’. Cuando senadores le preguntaron en privado a qué episodios refería, se disculpó por sus dichos sin individualizar hechos, lo que debió hacer también en forma pública en la comisión de Constitución, tras un emplazamiento de Pedro Araya (Ind. PPD). Con él, y con Alfonso de Urresti (PS), sus puentes quedaron dañados: Ríos intentó entrar por otros lados, pero en ambos casos, sus bancadas radicaron las negociaciones en ellos. Mientras, con Matías Walker (DC) y Rodrigo Galilea (RN) mantiene buena relación.

Consultado, Pedro Araya resume así la performance de Ríos: ‘La gestión de la ministra en el nombramiento del Fiscal Nacional fue un fracaso. El proceso fue mal llevado de principio a fin, hubo nula capacidad de la ministra de leer lo que estaba pasando en el Senado y eso llevó a que no se lograra ratificar la propuesta’.

En el oficialismo apuntan a 2 errores estratégicos: el primero, que una vez que La Moneda constató que su carta Marta Herrera no reunía los 2/3 al ser calificada como ‘continuidad de Abbott’ por los senadores, buscaron un acuerdo con la UDI (que prefería a Morales) con miras a cruzar la vereda para tener los 2/3, pasando por alto que ello podía significar perder votos en el oficialismo. O bien, asumiendo que al final del día los suyos se cuadrarían, lo que no sucedió con 3 PS y 2 de Apruebo Dignidad. ‘La ministra habló con nosotros, hizo una tarea seria y responsable, pero en Apruebo Dignidad no nos formamos la convicción de que Morales estuviera en condiciones de liderar la Fiscalía, y era muy difícil convencernos. Habló con nosotros en todo momento, antes, durante y después, y le manifestamos antes esos reparos con Morales por su rol en distintos casos’, explica Esteban Velásquez (FRVS), quien se abstuvo. Ahí -añaden quienes conocieron de la negociación- el error fue no inclinarse por Ángel Valencia o Carlos Palma, quienes habrían despertado menos anticuerpos.

Y además, en el oficialismo creen que Ríos se equivocó al asumir que porque estaba la UDI con Morales se plegaría RN: la estrategia podía aplicar para negociaciones con quórum de 4/7 como el proceso constituyente, pero no una de 2/3. ‘Tienen 12 senadores, no podías prescindir de la bancada más grande del Senado’, explica un senador. De hecho, Rodrigo Galilea corrobora que había alertado que RN no apoyaba a Morales. ‘La ministra me preguntó varias veces por la postura de RN, y le transmití los acuerdos que habíamos conversado, y dentro de ellos no figuraba Morales. Supongo que transmitió eso al Presidente y al comité político, que habrán estimado que de todas formas les alcanzaba. Ahí está el error, porque había incomodidad transversal con el nombre. Faltó conversación, aunque no se involucró la ministra de Justicia sola, también la ministra Segpres’, explica Galilea.

¿Le suma o le resta no ser abogada?

El penalista Gabriel Zaliasnik no evalúa mal la gestión de la Ministra Ríos. Cree que como en todos los cargos, existe una responsabilidad política, pero ella ‘ha hecho el trabajo que le corresponde. Que el oficialismo se desordene a la hora de votar o que pase lo mismo en partidos como RN, o incluso Evópoli, que se restó de tan relevante decisión para el país al escabullir la votación, solo habla mal de esos partidos y su forma de hacer política, no de la Ministra’.

El abogado Juan Carlos Manríquez coincide con Zaliasnik y cree que más que un problema de la Ministra Ríos, ‘veo que el Senado está intensificando sus exigencias para fijar un estándar claro en el momento en que constitucionalmente las riendas están en sus manos’.

Respecto al hecho de no ser abogada, como han planteado parlamentarios y operadores del sistema judicial, Manríquez cree que ‘no necesariamente es una desventaja no ser abogado, porque permite mirar los escenarios de una manera sistémica. Sin embargo, los códigos, la manera de decir y de entender, que es centenaria en la judicatura nacional y en los órganos vinculados a la Justicia y en la de las comisiones del Senado, es un lenguaje y un a manera particular que debe ser tomada con bastante cuidado’.

El exfiscal y abogado Vinko Fodich cree que el rol de Ríos ha sido deficiente. No solo por lo que se mostró en la elección fallida del cargo de Fiscal Nacional. ‘Ha sido menos de lo esperado. Sin duda el hecho de no ser abogado le quita legitimidad frente a actores institucionales como la Corte Suprema. Es como si un ministro de Economía no fuese economista. Sin duda el hecho de no tener la profesión le resta. Tampoco hemos visto algún anuncio relevante en los temas de justicia, de cómo vamos a mejorar la situación carcelaria o un mejoramiento en las condiciones laborales de los funcionarios de Gendarmería que lidian todos los días con delincuentes. No hemos visto tampoco proyectos que puedan mejorar la persecución penal del Ministerio Público. Esperamos mucho más de ella’.

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